A lo largo de su extensa carrera en cine y televisión, el animador alegró a millones de chicos. Tenía 97 años

Murió Carlitos Balá a los 97 años, el animador infantil que atravesó generaciones y se grabó a fuego en la cultura popular argentina. El humorista estaba internado en el Sanatorio Güemes.

Su estilo combinaba la picardía con el humor más inteligente de todos: el absurdo. Ingenuo y creativo, encontró la forma de sacarle una sonrisa a millones. Incluso, logró que latiguillos suyos como “¿un gestito de idea?” y “un kilo y dos pancitos” se volvieran de uso cotidiano en nuestro país.

Siempre fue muy gracioso y también muy tímido. Para vencer su timidez hacía bromas en el colectivo de la línea 39; eventualmente participó de un concurso y lo ganó, pero por miedo a la reacción de su familia usó un nombre falso. Su padre estaba escuchando la radio, pero no lo reconoció. Pronto recuperó su propio apellido, apenas modificado, y comenzó a trabajar en la radio.