El actor argentino que vive en Madrid se refirió a la complicada situación que vive junto a sus colegas. Además, cuestionó a productores y empresarios por darle trabajo «solo a algunos adolescentes».

“Soy Miguel Ángel Solá. Nací el 14 de mayo 1950. En 1970 me estrené como actor, hasta hoy, 2020. Llevo cincuenta años sobre las tablas y frente a cámaras y micrófonos”. Desde Madrid, en donde vive con su mujer Paula Cancio y su hija, el prestigioso actor de 70 años escribió una carta abierta en la cual habló de la difícil situación que vive en rubro artístico debido a la pandemia del coronavirus, y cuestionó a los productores por convocar a “adolescentes” dejándolo a él de lado.

En el marco del estreno de Crímenes de familia -película que protagoniza junto a Cecilia Roth, por Netflix-, el actor destacó que su trabajo pueda verse a través de las plataformas digitales, en tiempos en los que los cines no están abiertos. Y tampoco se han aprobado protocolos para retomar las grabaciones de las ficciones ni las filmaciones.

“Es una magnífica opción para romper la inacción a la que nos somete algo que no vemos, ni oímos, ni gustamos, ni tocamos ni olfateamos hasta que se ha metido dentro nuestro para matarnos o someternos a una terrible prueba de terror. Miento si digo que no tengo ilusiones puestas en este estreno. Estoy sin trabajo y sin posibilidades de conseguirlo”, admitió.

“Mis representantes, aquí y allá, no me dejan mentir, ya que ofrecen mis servicios a todas horas, a todas las productoras, directores de casting, directores de series y cine, canales de aire y novedosas plataformas. No hay trabajo para mí. Sólo para unos pocos ‘adolescentes’ cuyas ‘trama’ escriben guionistas que han olvidado con creces la adolescencia”, continuó sobre la dificultad que presentan sus agentes de Argentina y España para conseguirle un papel.

En este contexto, analizó cuál es el objetivo de los productores a la hora de convocar a actores para sus proyectos. “En la España de hoy es ‘follar todos con todos’ -consideró- y en la Argentina de hoy, lo mismo pero con el verbo ‘coger’, siempre y cuándo de adolescentes con adolescentes se trate, y, en esos mundos, no pincho ni corto, aunque me pregunte (y pida a mis representantes que pregunten por mí a los que reparten el trabajo)”.

Luego, enumeró la extensa lista de trabajos que realizó a lo largo de sus 50 años de carrera y se manifestó dolido y frustrado la falta de trabajo en la actualidad. “He sido fuente de inspiración para muchos autores. He hecho ganar mucho dinero a productores y empresarios. No está mal. He sido nominado como Mejor Actor en más de doscientas oportunidades. No está mal. Centenares de críticas a lo largo de estos cincuenta años de trabajo se refieren a mí como un gran actor, o como un actor imprescindible. En ocasiones se me ha resaltado como ejemplo a seguir. No está mal. Lo único que está muy mal es que, pese a todo eso -o debido a todo eso-, no pueda conseguir trabajo. Ni aquí ni allá. Sí: eso no está bien. Está mal. Muy mal…”.